La presencia de la radio en euskera es un hecho que ha ido en aumento durante las últimas décadas. Aunque su presencia ya era una realidad desde hace más de 80 años, hoy en día la oferta de programas y emisoras de radio en euskera es mayor que nunca. ¿Cuál es el origen de esta tendencia? En este artículo repasaremos la historia de la radio en euskera y trataremos de entender por qué existe su presencia actual.
La historia de la radiodifusión en euskera se remonta al año 1931, cuando Radio Vitoria emitió sus primeros programas en ese idioma. Un año más tarde, se fundaría Radio San Sebastián, que también prestaba atención a la lengua vasca. La emisión del primer programa en euskera fue un éxito de audiencia y permitió a Radio Vitoria ampliar su programación en ese idioma. Desde entonces, la presencia de la radio en euskera ha ido en aumento, aunque no siempre con la misma intensidad.
A partir de 1937, con el inicio de la Guerra Civil, la radio en euskera se iba a convertir en uno de los canales de comunicación imprescindibles para la resistencia vasca, especialmente ante el desmantelamiento de la prensa escrita. Así, los programas en euskera se convirtieron en una herramienta indispensable para la resistencia contra el régimen franquista. En este contexto, nacieron emisoras como Egin Irratia o Euskal Herri Irratia, que prestaban especial atención a la lengua y la cultura vasca.
Sin embargo, a lo largo del franquismo, existió una gran presión gubernamental para acabar con cualquier manifestación de la cultura y la lengua vasca. La política lingüística del régimen estaba destinada a fomentar el castellano como lengua única y excluyente. Por ello, la radio en euskera, al igual que el resto de la cultura vasca, se vio sometida a una importante presión y persecución. No obstante, a pesar de todas las dificultades, existieron algunos programas en euskera, como Gure Irratia, que consiguieron mantener su presencia en la parrilla radiofónica.
Tras la muerte de Franco y la transición democrática, comenzó un proceso de normalización de la radio en euskera. Entre las emisoras más destacadas de este periodo, cabe mencionar Radio Nacional de España (RNE) y Euskadi Irratia. Estas emisoras, junto con otras como Euskalerria Irratia, propusieron una programación en euskera que buscaba la normalización y fomento del idioma vasco, incrementando así el número de locutores, programas y oyentes.
Esta normalización se consolidaría a finales de los años 80 y principios de los 90. En ese tiempo nacen emisoras como Gaztea Irratia, que ofrece programación para jóvenes en euskera, o Radio Popular-Herri Irratia, que se financia con el apoyo de la audiencia y cuenta con una programación variada y comprometida con la cultura y la lengua vasca.
Hoy en día, la presencia de la radio en euskera es mayor que nunca. Hay una amplia oferta de programas, desde los más generalistas a los más especializados, pasando por el deporte, la cultura, la música, la información o la actualidad. Esta oferta se completa con numerosas emisoras, que cuentan con una importante implantación en la sociedad vasca.
La radio en euskera se ha convertido en una herramienta imprescindible para fomentar el conocimiento y la difusión del idioma, para la cohesión social y para la normalización cultural. Gracias a la radio en euskera, se puede acceder a otros puntos de vista, a otras formas de entender la realidad.
La radio en euskera es, por tanto, uno de los pilares de la identidad cultural vasca. Además de proporcionar información y entretenimiento en euskera, es un canal de comunicación y de relación para los hablantes de esta lengua, lo que contribuye a la cohesión y a la unidad de los pueblos vascos.
En conclusión, la razón de la existencia de la radio en euskera no es otra que el fomento y difusión de la lengua y la cultura vasca. Su origen se remonta a los años 30, y a pesar de los obstáculos y la presión gubernamental, ha conseguido expandirse y llegar a ser un medio de comunicación indispensable para la normalización y fomento del euskera en la sociedad vasca. Su presencia actual es imprescindible y contribuye a la cohesión y a la identidad cultural de la comunidad vasca.